domingo, 10 de enero de 2010

Empezar por el principio





I.

 
Hay una conocida anécdota sobre la que recientemente se ha realizado y publicado un breve vídeo, en la cual se escenifica la conversación que mantuvieron un profesor y un anónimo alumno en una clase del cambio de siglos XIX al XX. En ella, ocurre este diálogo:


Profesor: Si Dios existe, pues él es malvado, ¿Dios creó todo lo que existe? Si Dios lo creó todo, entonces él creó la maldad, lo que significa que él es malvado.
Alumno: Disculpe profesor, ¿existe el frío?
Profesor: ¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que existe. ¿Nunca han tenido frío?
Alumno: De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de la física, lo que consideramos frío es en realidad la ausencia del calor. Profesor, ¿existe la oscuridad?

Profesor: Por supuesto que sí.

Alumno: Usted está equivocado, señor. La oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad la ausencia de luz. La luz la podemos estudiar, pero no la oscuridad. El mal no existe. Es como la oscuridad y el frío. Dios no creó el mal. El mal es el resultado de lo que sucede cuando el hombre no tiene el amor de Dios presente en su corazón.


(el video que escenifica esta conocida anécdota se puede ver en http://www.intereconomia.com/video/gato-al-agua/einstein-y-religion)


En realidad, la argumentación del joven Einstein (el entonces anónimo alumno) puede realizarse a la inversa con igual legitimidad lógica; es decir, tanto la oscuridad puede ser ausencia de luz, como la luz puede ser ausencia de oscuridad. No obstante, la diferencia que da legitimidad a una sobre otra la daba ya el joven Einstein: la diferencia es que el calor y la luz eran fenómenos físicos materiales, por así decirlo, perceptibles y estudiables, fenómenos provocados por la existencia de algo (un fotón y una partícula con masa, respectivamente), mientras que el frío y la oscuridad, no. Podríamos encontrar un sentido poéticamente profundo a todos los grandes resultados de Einstein; de hecho, tanto sus primeros pensamientos, de los que se dice nacieron sus ideas sobre la relatividad especial, fueron la observación poética de los reflejos que provocaba la luz cuando incidía sobre el agua (en movimiento) de un río; y los últimos, fueron más místicos que propiamente científicos.


II.


Bernard Shaw, famoso dramaturgo irlandés de primera mitad del siglo XX, decía:


Deben de conocer al menos a media docena de personas que no son de ninguna utilidad en este mundo, que son más problemáticos que útiles. Vayan y díganles: Señor o señora, ¿sería t an amable de justificar su existencia? Si no pueden justificar su existencia, si no cumplen con su parte, si no producen tanto como consumen o a ser posible más, entonces está claro que no podemos utilizar una gran organización o nuestra sociedad para mantenerlos vivos, porque su vida no nos beneficia, y no puede serles de mucha utilidad a ellos tampoco.


(sus palabras en vivo están aquí http://www.youtube.com/watch?v=_5YNy6JjElA. Este video es un fragmento de un documental espléndido de obligada visión por todos, cuya primera parte de ocho es http://www.youtube.com/watch?v=_KfcCjYk24o)


Pese a la extrema gravedad de la intención con que este irlandés pronunciaba estas palabras, lo cierto es que, en el fondo, Bernard Shaw tenía razón. No la tenía en sus intenciones, no la tenía en quién debía hacer la pregunta, tampoco en a quién debía contestarse, y por supuesto, tampoco en las consecuencias que la respuesta podía acarrear. Pero tenía razón en el significado profundo de su pregunta. Cada uno de nosotros estamos en el mundo, y el mundo, de cada uno de nosotros, obtiene o padece cosas. ¿Cuál es nuestro efímero papel en el mundo?, es lo que cabría preguntarse.

III.


Volvamos a Einstein. Uno de los resultados más brillantes de su carrera (posiblemente no el más brillante pero sí el más popular), es su famosa fórmula E=mc2. En el fondo, significa que, en la naturaleza, la materia y la energía no son más que dos manifestaciones diferentes de una misma cosa. En su interpretación profunda, significa, ni más ni menos, que todos somos energía, un préstamo de energía de la naturaleza, y nosotros decidimos en qué emplear esa energía. Nuestra supuesta libertad o libre albedrío lo podemos utilizar para muchas cosas. Muchos, sobre todo hoy, piensan que libertad es la facultad de hacer lo que se quiera. Otros, yo mismo, pienso que libertad es la facultad de hacer lo que se debe (pienso que esto segundo nos hace felices siempre aunque cueste trabajo, mientras que lo primero no siempre aunque no lo cueste tanto). Y en averiguar lo que se debe es en lo que deberíamos gastar la mitad de energía que nos presta la naturaleza. La otra mitad, en hacerlo. Habría que preguntarse a qué proporción de cada una de esas dos tareas empeñamos en darle feliz fin.


Cada vez noto, como decía el joven Einstein, con más fuerza, que él tenía razón (muchos dicen que tenía razón hasta cuando se equivocaba). Hay momentos en que uno puede quedarse contemplando una hoja de árbol sometida al vaivén del viento, un adolescente en un momento de felicidad al salir del cine, o el paisaje de una puesta de sol a la orilla del mar, y quedárselo mirando a la vez que sintiendo amor, sí, amor, hacia todo eso. Y cuando se va consiguiendo eso, es el primer paso para ir consiguiendo muchas otras cosas. Pues nadie hace mal hacia aquello que ama.


En definitiva: parafraseando palabras de Ratzinguer (que si no fuese porque es Papa, se le consideraría uno de los intelectuales más importantes del siglo), las cosas grandes comienzan siempre desde el grano pequeño, y las cosas buenas desde nuestro interior. Es imposible que ocurra lo contrario. Podría haber otra forma más sencilla, pero no la hay. El error de los sistemas sociales, y la época de Bernard Shaw (como la nuestra) es un magnífico ejemplo de ello, consiste en pretender sustituir la acción de la persona que arranca desde su interior, desde su conciencia, por la acción exterior. Toda sociedad que merezca tal nombre está obligada en algún modo a hacerlo, pues no puede dejar todo a la libre conciencia individual, debe marcar unas reglas de convivencia. Pero no hay que desenfocar el fondo del asunto: lo importante es nuestra conciencia, nuestro rumbo. Y en eso, las palabras de Shaw tienen toda la importancia: ¿Qué valor aportamos a nuestra existencia, y qué influencia tiene ésta en lo que nos rodea?

24 comentarios:

Evocid dijo...

Hummm, no estoy de acuerdo en que la ecuación de Einstein E=mc2 tenga interpretación más profunda que la que dices al principio: que energía (capacidad para hacer un trabajo) y masa (inercia, resistencia al cambio de velocidad) son dos manifestaciones de lo mismo. Expresiones tales como "todos somos energía" no tienen más sentido que la contraria "todo es masa", con el problema de que puede inducir a pensar en cierto espiritualismo que absolutamente nada tiene que ver con las fórmulas de Einstein.

Por cierto, desconocía el diálogo entre Einstein y su profesor en la primera parte. El argumento de Einstein (¿seguro que es real esa anécdota?) es, en realidad, una adaptación actual del planteamiento que sobre la naturaleza del mal tenía San Agustín.

Anónimo dijo...

Saludos lobunos. Encomiable tu labor en el blog de Elisa. A pesar de hacer de voz que clama en el desierto, puede venirle bien a alguien que te lea. No a los habituales de allí, que son irrecuperables.
Ánimo y adelante. Aunque no participe mucho, te estaré leyendo.
Saludos.

Argonauta dijo...

Si, Evocid, la anécdota es real (dentro de lo real que pueden ser este tipo de anécdotas).

En cuanto a lo que dices de la ecuación de Einstein, está bien que no estes de acuerdo en esa interpretación, pero conviene aclarar que no es una interpretación exclusivamente mía. Einstein demostró teóricamente que la masa se podía convertir en energía y la energía en masa, en la proporción que define su famosa fórmula. En base a eso obtenemos energía nuclear, y por eso se obtiene tanta energía de la descomposición de átomos pesados, porque en parte, se pierde una cantidad de masa que se transforma en energía. En definitiva, que creo que mi afirmación estaría fuera de toda duda, no se trata de una interpretación subjetiva.

Lo que si puede ser una interpretación más subjetiva mía, interpretación además poética, es lo segundo ("todos somos energía"). Es mi actual percepción de la realidad, discutible por supuesto, pero creo que verosímil respecto a la realidad. Yo llegaría a más, pero tampoco quiero aventurarme demasiado, prefiero quedarme en lo verosímil.

Un saludo y gracias por participar.

Argonauta dijo...

Ah, Anónimo, gracias por tu valoración sobre mi labor, lo que me sorprende es que hayas sido capaz de ver algo, pues sólo es eso posible viendo a tiempo real, no suelen durar mucho determinados comentarios.

Evocid dijo...

No tienes por qué dar las gracias, estoy aquí porque estoy a gusto y me da que me quedaré al menos un tiempo.

Argonauta, Einstein no demostró que la masa se pueda convertir en energía, y en realidad ninguna masa se pierde en los reactores nucleares, a pesar de lo que digan tal vez cientos de divulgadores de la relatividad. Es cierto que si medimos la masa de los productos y la comparamos con la masa de los reactivos observaríamos que algo se ha perdido, pero esa masa no ha desaparecido, simplemente ha ido a otro sitio (precisamente ahí donde haya ido la energía)

Lo que hay detrás de la famosa (e incompleta) E=mc2 es más complejo que eso. Si quieres podemos hablar de física, pero no creo que sea necesario. Lo que haces es como si al interpretar la segunda ley de Newton "f=m x a" dijeras que la fuerza puede perderse para transformarse en una aceleración.

El problema que veo es que cuando dices "todos somos energía", verosimil o no, sospecho que estás hablando de una cosa distinta a lo que los físicos (y en particular Einstein) llaman energía.

Argonauta dijo...

Evocid. Cuando introduces "f=mxa" (en realidad también con E=mc2), me parece que sólo caes en una trampa semántica de esas que siempre nos amenaza el lenguaje. Aunque en tu útlima frase de tu segundo párrafo pareces darme la razón, me encantaria hablar de eso; veo que sabes del asunto, por lo que me gustaria a mi poder aprender algo. Por favor, si no te importa, acláralo sucinta y precisamente.

En cuanto a lo último, evidentemente que hablo de algo distinto, los físicos no hacen poesía. Distinto pero semejante, no se si me entientes.

Evocid dijo...

Argonauta, créeme que no he tratado de realizar ninguna trampa dialéctica. Es que la famosa fórmula de Einstein suele entenderse mal fuera del campo de la física. La masa no se transforma en energía, ni la energía en masa. Yo no soy físico, pero algo del tema conozco. Ya que me lo pides, trataré de ser breve.

La característica fundamental de la masa es tener inercia (y generar un campo gravitatorio). La característica fundamental de la energía es la capacidad para realizar un trabajo (mover un cuerpo empujándolo, por ejemplo). Dicho de otro modo: si algo tiene inercia, es una masa. Si algo sirve para realizar un trabajo, es energía. Lo que nos dice la formula de Einstein viene a ser que aquello que sirva para realizar un trabajo, también tiene inercia, y viceversa.


Cualquier proceso en el que se desprenda energía va acompañado de una pérdida de masa. Da igual que quemes carbón o que fisiones uranio. Lo que ocurre es que para cantidades convencionales de carbón, la energía es relativamente pequeña, y esa pérdida de masa es insignificante. En cambio, cuando fisionas uranio el desprendimiento de energía es enorme. Ahí sí puede apreciarse pérdida de masa.

Pero esa masa en realidad no se pierde. Cuando quemas carbón, la energía que había en el carbón pasa en forma de calor al aire de alrededor. Cuando fisionas uranio, la energía pasa al agua del reactor. Si pesaras esos cuerpos que se han calentado, verías que han ganado no solo energía, sino también masa. Y justo la cantidad de masa que han perdido, tanto el carbón como el uranio.

Esto es una gran simplificación, claro. La energía del carbón no va solo al aire, y la energía que adquiere el agua de un reactor nuclear luego la perderá cuando tenga que mover una turbina de vapor. Pero creo que sirve para entender el asunto.

Dices que eso a lo que tu poéticamente llamas energía es, en cierto modo, semejante a lo que los físicos llaman energía. No lo tengo muy claro. ¿Tu comprendes lo que para un físico es la energía o el trabajo? ¿Sabrías, por ejemplo, calcular la energía mínima necesaria para impulsar un cuerpo hasta alcanzar una velocidad dada? ¿O para levantar ese cuerpo? ¿O para estirar un muelle?

Argonauta dijo...

Perfecto, Evocid, muchas gracias por tu amabilidad.

Pero, si al quemar carbon éste transforma parte de su masa en energía, esa masa se transforma en energia, ¿no? Y por lo tanto, la masa no es que desaparezca como por arte de magia, como bien dices, es que se transforma en energía, pero deja de manifestarse como masa... creo entenderte. Vamos, que creo que en realidad estamos diciendo lo mismo.

Respecto a lo segundo, intentaré explicarme. A ver. Desde un punto de vista poético (que es un paradigma de conocimiento), cuando digo que una persona tiene "energía", no me refiero al concepto físico (que es una ciencia que pertenece a otro paradigma de conocimiento), aunque cierto es que los mezclé en dos frases consecutivas, lo cual admito que puede llevar a la confusión. Los paradigmas de conocimiento son, según Kuhn, inconmensurables, esto es, no se puede pretender comprender los resultados de uno mirandolo con el ojo del otro. No se puede pretender saber la velocidad de un cuerpo en una caída libre haciendo poesia, como no se puede pretender hacer una oda al ocaso del sol con una fórmula matemática. Lo que tampoco significa que no se presten instrumentos entre ellos (por ejemplo, las matemáticas a la múscia), ni que esas visiones diferentes no compartan algunas cosas.

Desde el punto de vista poético, me venía a referir a que en tanto en cuanto alguien tiene la capacidad de pensar, tomar decisiones, sentir, decidir, y luego actuar, posee una "energía" dentro de él, no en el sentido físico, sino en sentido poético. Una energía que indudablemente existe, y que pretendía expresar es la que tenemos que aprender a canalizar en buena dirección. Ambas miradas sobre la idea de "energía" no son evidentemente coincidentes, pero tampoco son excluyentes.

No sé si me he explicado bien, a ver que tal...

Evocid dijo...

De acuerdo, Argonauta, respecto al segundo punto, lo has explicado bien y entiendo lo que has querido decir. Me confundió precisamente lo que dices, que hablaras de ambas "energías" casi a la vez. Respecto al primero, pues me temo que he sido yo el que no se ha explicado bien. Lo intentaré hacer mejor.

Cuando quemas carbón, la masa que pierde no se transforma en energía, esa masa se va a otro sitio: al aire. Simplemente, ha habido una transferencia de masa-energía, que antes estaba en el carbón, al aire. Si tras quemar el carbón lo pesaras con una balanza de terrible precisión, comprobarías que ha perdido una cantidad de peso. Pero si pesaras tambien el aire calentado, verías que su peso ha aumentado. Lo que ha perdido uno, ha sido lo que ha ganado el otro. Aunque suene extraño, cuando un cuerpo se calienta, su masa (y por tanto su peso) aumenta.

Decir que la energía que antes estaba en el carbón ha pasado al aire, es lo mismo que decir que la masa que antes estaba en el carbón ha pasado al aire. Porque energía y masa es lo mismo, y eso es lo que significa la famosa fórmula de Einstein (fórmula que, para los muy puntillosos, en realidad no está completa)

Un saludo.

Evocid dijo...

De nuevo para los puntillosos. He dicho que "energía y masa es lo mismo". Esto no es del todo correcto, pero para lo que estamos discutiendo, creo que la diferencia no tiene mayor relevancia.

Evocid dijo...

Un apunte más, cuando quemas carbón, no solo estás arrojando energía al aire, tambien se van algunas partículas en forma de humo, hollín,... Cuando digo que la masa del aire aumenta, no me refiero a un aumento por esto, sino que simplemente el hecho de calentarse hace que la masa del aire aumente.

Jason dijo...

Fantásticos comentarios cruzados entre Evocid y Argonauta.

Por fin vida inteligente en Internet.

No todo está perdido.

Pero continuen, continuen, no quisiera molestarles.

Anónimo dijo...

Argonauta, sí que te he leído a menudo en el blog de Elisa. Soy uno de sus "favoritos" (jeje). Por eso te mandé saludos "lobunos".
Muy bueno tu debate con Evocid, comparto la opinió de Jasón.

lluvya dijo...

Esa breve conversación, conocida para quienes conocen un poco la vida de Einstein, viene a demostrar mayoritariamente, y siempre desde mi punto de vista, lo obsesionado que estaba con la idea de Dios :)

Argonauta dijo...

Hombre, Anónimo lobuno, es cierto, qué alegria. Acabo de observar una actividad ciertamente febril en la guarida de la innombrable, para no perder la costumbre, pero desisto intervenir ahí en este momento.

Disculpad mi ausencia desde mediodía, he tenido un dia hecho unos zorros, madre mia; no tuve cobertura en el móvil hasta las 12 y media, momento en el cual sali a la calle, un dia de perros, lluvia y viento sin parar; mientras caminaba por la calle, mil llamadas al mismo tiempo, una de un pesado que incluso ha provocado, junto al inestimable poder del viento, que mi carpeta cayese al suelo, no a un suelo cualquiera, tenia que caer precisamente en una hondonada de dos dedos de agua; dos o tres veces este agradecido viento ha estado a punto de arruinar mi único instrumento de defensa contra la lluvia, me equivoqué de calle y tuve que ir corriendo al otro extremo de la ciudad, luego toca clase particular inesperada, dolor de cabeza, en fin, un dia genial; qué hecho polvo estoy.

En agradecimiento a todos los elogios recibidos en el intercambio diaélctico entre Evocid y Argonauta, y sobre todo en agradecimiento al interés de él mismo, he de decir que llegué a bichear un poco para encontrar la fórmula de la reacción química de la combustión con fuero y la de fisión, pero por pendencias deplorables de la vida moderna vi frustrada mi perentoria búsqueda en favor de actividades más "importantes". A ver si encuentro algo sobre el asunto, pues ya es que me ha picado sobre mis grandes lagos interiores de ignorancia...

Y un comentario mas sobre la forma de hacer comentarios. A ver, veo que aquí permite 4 opciones: Cuenta de google, Open ID, Nombre/url(el que empleo ahora) y Anónimo. Una pregunta para los sabios, ¿puedo cambiar el nombre de la cuenta con la que he creado este humilde lugar? ¿Puedo cambiar de "El Argonauta" a, por ejemplo, "Asteirón" o cualquier tontería semejante?

Y para Ambar. Sobre todo en sus últimos años, en los que Einstein se aisló prácticamente del mundo y muchos dicen que no sólo cometió algunos graves errores científicos, sino que se negó a aceptar algunas tesis que su idea de Dios no le permitía aceptar (su famosa frase "Dios no juega a los dados" tiene que ver con esto). Pero no me extiendo más que ya me ha salido demasiado largo este comentario.

Gracias a todos por vuestros ánimos y vuestra compañía.

Argonauta dijo...

He bicheado algo y he encontrado lo siguiente.

En una combustión convencional, se produce una reacción químoca en la que se libera energía, pero como reacción química exclusivamente, sin entrar en funcionamiento la famosa fórmula de Einstein:

Combustión de hidrógeno: 2H2 + 02 ---> 2H20

Combustión de carbono: 2C + 02 ---> 2CO ; o 2CO + 02 ---> 2CO2

En cambio, en una reacción nuclear, "La masa de un núcleo... no resulta exactamente de la suma de sus nucleones. Tal y como demostró Albert Einstein, la energía que mantiene unidos a esos nucleones se observa como una diferencia en la masa del núcleo, de forma que esa diferencia viene dada por la ecuación . Así, pesando los distintos átomos por una parte, y sus componentes por otra, puede determinarse la energía media por nucleón que mantiene unidos a los diferentes núcleos". [http://es.wikipedia.org/wiki/Energ%C3%ADa_nuclear]

La fisión del 235U:
235U + neutron ---> 141Ba + 92Kr + 200 MeV

La fusión del deuterio (2H( y tritio (3H):
2H + 3H ---> 4He + neutron + 17,6 MeV

[El electronvoltio (símbolo eV), es una unidad de energía equivalente a la energía cinética que adquiere un electrón al ser acelerado por una diferencia de potencial en el vacío de 1 voltio. Dicho valor se obtiene experimentalmente por lo que no es una cantidad exacta. 1eV = 1,602176462 × 10-19 J]

Qué cosas, eh...

Evocid dijo...

Argonauta, la combustión del carbono no es simplemente


2C + 02 ---> 2CO

es

2C + 02 ---> 2CO + Energía

Esa energía la puedes expresar en calorías, julios o MeV. Y luego, puedes pasarla si quieres a unidades de masa. Así tendrás la cantidad de masa perdida en la combustión. Masa que no se ha perdido realmente, sino que ha ido a parar ahí donde haya ido a parar la energía. Yo, más claro, no lo puedo decir.

Argonauta dijo...

Correcto, Evocid, correcto. Faltaba la energía, algo fundamental que no constaba allí de donde lo he cogido. Lo cual, por cierto, avala tu tesis en esas dos reacciones: no hay transformación de masa en energía, la energía viene de la transformación de combinaciones quimicas de los elementos que intervienen, no de la "volativización" de esos elementos.

lluvya dijo...

Argonauta, la concepción que Einstein tenía acerca de dios no iba más lejos de la pura admiración que sentía por el universo, para la cuál no era necesario ningún dios.

Su famosa frase la utilizó para ridiculizar la Física Cuántica :)

Argonauta dijo...

Me gusta que nos enfrasquemos en estas discusiones de culturilla científica general, pues seguro que de ellas todos sacaremos algo.

Ambar: Einsten, efectivamente, empleó la frase "Dios no juega a los dados" en referencia a la física cuántica. Curiosamente, en uno de sus cuatro "pequeños" (sólo por extensión, pero grandes por claridad, gigantes por su enfoque puramente lógico-deductivo y no fenomenológico, y diría que sobrehumanos por su contenido) artículos de 1905, fue él mismo quien abrió la puerta para una nueva rama de la física, la física cuántica.

Posteriormente, un joven físico no se si recién licenciado o en su tesis de licenciatura (creo que se llamaba así el trabajo que hacían para licenciarse), un joven físico digo llamado Heisenberg enunció su famoso principio de incertidumbre. Ese principio no le gustó nada a Einstein, pues realmente las consecuencias de tal principio eran devastadoras para la física. Llevaba a pensar, ni más ni menos, que no podíamos conocer las leyes de la naturaleza. Esto Einstein nunca lo pudo soportar...

Permitidme referirme a él diciendo que consiste en que tal principio decía que era imposible medir con precisión y simultaneidad la velocidad y la posición de una partícula (subatómica, se entiende), pues sólo por el hecho de observar se interfería en el suceso que se debería producir naturalmente. Si eso era así, efectivamente, era imposible enunciar leyes físicas al modo tradicional, con validez universal y con categoría de leyes precisas. En su lugar, las leyes de la física cuántica se reducirían a probabilidades, no a leyes. Por eso dijo Einstein lo de los dados, porque no podía concebir que el universo se rigiese por leyes tan azarosas y casuales como las que regían el mundo mítico de los griegos, es decir, sometido a los vaivenes, caprichos y dudoso humor de unos dioses ciertamente "humanos".

Eso era básicamente así. Hombre, lo que pasa es que de ahí a entrar en cuál era la concepción que Einstein tenía de Dios (con mayúsculas a no ser que usted se considere más que Él...), ya me parece entrar en terrenos verdaderamente pantanosos.

Se puede interpretar que Einstein, desde sus trabajos para la Relatividad general que publicó en 1915, estuvo obsesionado por encontrar una ley del todo, con "leerle el pensamiento a Dios"; todos sus esfuerzos científicos se dirigieron a derrumbar la física cuántica, y realmente con su relatividad general a muchos les pareció que quizás lo consiguió. Dicen, no obstante, que desde entonces su hocecación contra la física cuántica fue su mayor error.

Aunque hoy día, que la teoría de la relatividad está en revisión, sobre todo en base a aquel supuesto principio de que la velocidad de la luz era constante independientemente del observador que la midiese, parece ser que se está poniendo en crisis esta idea, al menos, la de que la velocidad de la luz fue siempre la misma en todas las edades del universo.

En fin, cosas realmente fascinantes, ¿eh?...

Argonauta dijo...

En mi último párrafo me refería a que ese, el "mayor error de Einstein", con los derroteros de la ciencia física actual, que está revisando la relatividad, se están encontrando indicios verosímiles de que incluso en esos "errores", Einstein tenía razón.

Anónimo dijo...

Hola, Argonauta, soy Locke :P Con tanto discutir en el blog de Elisa y tanto jugar al WOW he descuidado mi propia página y la tuya. Alucinante el debate, mi enhorabuena. Precisamente he comprado ayer una biografía de Einstein y me dispongo a leerla. Me habéis picado la curiosidad para hacerlo con más ganas.

Soy completamente analfabeta en materia de ciencias y el otro día un amigo biológo me explicó (por fin, en castellano sencillo) en qué consiste la física cuántica y los logros de Einstein. Estoy deseando entender un poco más. Gracias por hacer un blog donde pueda aprender cosas tan interesantes

Argonauta dijo...

Gracias más sinceras aún por tus ánimos, Locke. En realidad esto no estaba planificado, sino que como ocurren tantas cosas en la vida, simplemente me vi empujado por las circunstancias (que tan bien conoces) y guiado por la brújula interior que todos llevamos dentro, aunque algunos la escuchen más que otros.

Tenme al corriente sobre tu biografía (la de Einstein quiero decir jaja), es un tema que siempre me ha interesado pero nunca he podido entrar en él. Si necesitas, de todos modos, algunas nociones básicas de relatividad, no soy un experto evidentemente pero quizás puedo sacarte de algún que otro aprieto.

Estos dias estoy estando muy agobiado, pero en nada preparo alguna otra cosa, algo más refrescante para variar un poco, para poner aqui.

Un saludo.

Jason dijo...
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